Marzo nos invita a nutrir nuestro corazón y el alma para florecer como esa mujer completa, amada y valorada que ya eres en tu interior.
La verdadera revolución sucede cuando dejamos de estar centradas en nuestro exterior y vamos a nuestro interior.
Es desde el centro mismo de nuestro corazón donde emprendemos el camino de la transformación, pasamos de la domesticación cultural, social, familiar a vivir desde neustra esencia.
Necesitamos habitar nuestros cuerpos femeninos cultivando la dedicación, el propósito y la determinación de conectarnos con ese flujo creativo que nos hace ser dadoras de vida, de ideas, de sueños.
Tres sendas son necesarias para acceder a ese centro femenino:
- amor incondicional
- placer
- pasión sabia