Nos sentamos en círculo para recordar que somos Una con la energía de la madre tierra que nos sostiene, para honrar nuestros úteros por que solo desde nuestra propia abundancia, podemos nutrir, alimentar y sanar el mundo.
Para sanar hay que sentir nuestra naturaleza femenina, crear rutas alternativas para tener mas oportunidades de curación y contactar con nuestra sabiduría corporal.