No sólo hacemos el amor, también hacemos amistad

Esta frase, la leí en un artículo de Walter Riso, psicólogo y catedrático, autor de numerosos libros, y realmente caló en mi mente, por que indudablemente una de las bases más sólidas para construir una vida saludable de pareja es LA AMISTAD.

La efervescencia de los humores hormonales tiene su ciclo sinusoidal (baja y sube) de acuerdo a un sin número de influencias físicas y emocionales, sin embargo la philia (como los griegos llamaban a la amistad), es el hilo más poderoso para tejer la urdimbre que  sostiene  los afectos, es desde la amistad que construimos la CONFIANZA BASICA ingrediente primordial para tener una relación diáfana.

La amistad con nuestra pareja nos da la posibilidad de poner en práctica la paciencia, de gozarnos el tiempo compartido por que AMAR “es la alegría de que  el otro exista”, nos permite saborearnos las experiencias conjuntas.

Cuando mi pareja es verdaderamente mi amiga entonces predominan la comprensión, puedo ponerme amorosamente en los zapatos del otro, cuando tengo enfrente mío a un amigo pongo tanta atención a la escucha que me vuelvo una oreja maravillosa que recibe asertivamente lo que el otro me dice, así generamos  una comunicación positiva que nos permite surfear las diferencias e incluso pelear desde la dignidad de nuestro ser, aprendiendo y amando lo que es distinto del otro por  que me permite crecer y ver mi propia sombra.

Cuando el otro además de ser mi amante, es mi amigo voy más allá de tener una relación donde hago el amor, para descubrir en los límites del placer que el que está a mi lado es depositario de toda mi entrega, de todo mi respeto, que es  mi cómplice, que puedo caminar con seguridad la vida a su lado, de eso se trata la alegría de una vida compartida.

En realidad los amores que se afianzan son los que cultivan la amistad, los que pueden abandonarse en los pequeños momentos de la vida: un atardecer rosado, el olor del campo, una noche de luna, un helado, esa canción que solo los dos entienden por que hace parte de su historia, los apodos, la ternura, una mirada….

Sin embargo pareciera utópico pensar que nuestra pareja sea nuestro mejor amigo, para muchos eso es tan lejano que se consuelan con que el compañero de camino sea lo suficientemente cercano, sea una persona confiable que de vez en cuando tenga tiempo para nosotros o incluso basta con saber que no estamos durmiendo con el enemigo.

Un alma en dos cuerpos, es para mí la mejor descripción del ideal que me gustaría construir con mi pareja, una vida vivida a cuatro manos, un oasis en el que uno sabe con certeza que hay agua cuando está sediento, un ser con el que podamos generar una sinfonía simplemente por la resonancia maravillosa de dos corazones que laten rítmicamente, creando armonía.

Amistad en el amor es sabernos que no nos haremos daño intencionalmente, que somos espejo, y que nuestra mayor labor es trabajar en nosotros mismos para reflejar del otro solo lo bueno, solo lo mejor.  No es una tarea fácil, lo sé, pero es exquisito intentarlo…es realmente hermoso cuando la fuerza del corazón nos une para ser AMIGOS y saborear juntos la vida, para hacer de la felicidad un hábito.

No es fácil pero los invito a intentarlo, yo lo estoy haciendo y me lo estoy gozando!!!

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